Todos, de vez en cuando, necesitamos una pequeña ayuda para aprender a cambiar lo que nos hace daño, saber dónde tenemos que hacer ese pequeño click, y ayudarnos, sin meter la cabeza de por medio, es la herramienta que nos ofrece el masaje metamórfico.
Basado en la técnica metamórfica, va un paso más allá, identificando y desbloqueando memorias, ayudándonos a basarnos en nuestros puntos fuertes y a integrar lo que no es tan favorable hasta que deje de hacernos daño. De esa forma los bucles, los patrones de conducta o la repetición de situaciones, se rompen al fin.
Si dividimos los periodos de cualquier problema en gestación, explosión de la situación, desarrollo de nuevas capacidades, puesta en práctica de nuestras teorías, perfeccionamiento de la técnica para enfrentarse a él y dominio del problema hasta que deja de serlo, cada proceso que tengamos a menudo se nos repite o se nos queda más tiempo en alguna de estas facetas. Eso es lo que trabajamos en el masaje Metamórfico y que, apoyados en la visión de los arquetipos personales desarrollados o atascados, nos ayuda a enfocar la mejor estrategia para poder cambiar.
No es necesario pensarlo y analizarlo, sólo cambiarlo.
Si bien es cierto que muy a menudo podemos analizar los resultados de este masaje y eso nos da pistas para saber cómo tenemos que enfrentarnos a lo que nos ocurre o en qué fase real estamos, también lo es que no es necesario que una persona esté consciente del problema para poder superarlo. Si ponemos por ejemplo el caso de un bebé recién nacido que acaba de pasar por la experiencia traumática del parto tal y como decía Leboyer (después de estar en un entorno protegido de ruidos, cambios de temperatura, alimentación etc. de repente se encuentra en el estrés de tener que salir al exterior mientras su espacio se hace cada vez más reducido en forma de contracciones, la temperatura al nacer cambia pues es la del exterior y no la estable dentro del cuerpo materno, las luces son mucho más intensas ya que no están amortiguadas por el los músculos que le rodeaban, los ruidos son ahora mucho más definidos...) y además por instinto tiene que aprender hacer una respiración en la que el aire tiene que entrar en los pulmones y además aprender a succionar con eficiencia para poder alimentarse (cuando antes todo ese alimento llegaba a través del cordón umbilical) la suma de todos ellos son demasiadas experiencias a la vez que a su manera el cerebro tiene que ir asumiendo. Lo dicho: una experiencia traumática. Pero no nos equivoquemos: esto ha pasado en la naturaleza desde el principio de los tiempos y no tiene por qué suponer ningún problema, pero sí que puede convertirse en un reflejo condicionado de cómo se pueden vivir las cosas. Por eso el cerebro tiene que madurarlo y depurarlo y para eso utilizan los sueños, por lo que muchos niños son inquietos durante las noches o cuando duermen y otras lo traen al consciente tratando de controlar todo a su manera a través de los sentidos en la medida en la que estos se van despertando.Así, dentro de las diferentes técnicas de masaje,el metamórfico ayuda a hacer estas transiciones, sin hablar ni necesitar explicar nada, aunque también nos ayudan cuando esos reflejos se han quedado condicionados y nos mantenemos durante mucho tiempo repitiendo patrones, ciclos y situaciones en las que las distintas anécdotas nos llevan constantemente al mismo lugar.
Es un masaje que no tiene a veces ni siquiera que tocar, por lo tanto, no es una técnica de amasamiento, ya que lo importante de esta técnica es conocer dónde está ese atasco y las mejores técnicas en las que apoyarnos para poder gestionarlo son aquellas que afectan al campo etérico, lugar básico de trabajo de este masaje.
Categoría: Sabias que...