Los emuntorios son, principalmente, el intestino grueso, los riñones con la vejiga, la piel, los pulmones, el sistema linfático, el útero y el hígado.
Pero en naturopatía añadimos también, aunque evidentemente no sea órgano, el sueño reparador.
El sueño profundo es el encargado de reponer fuerzas, pero sólo puede hacerlo una vez que ha “limpiado” todo lo que la mente ha podido generar. Desechos emocionales, mentales, de reacción nerviosa... se pueden y deben eliminar y para ello, durante el sueño, se ponen en marcha también todos los órganos físicos emuntoriales. Las sensaciones, las informaciones del subconsciente, las fagocita (se las “come”) el propio sueño, alejando las sensaciones, la información sobrante y permitiendo que el cerebro se concentre en dar las órdenes internas que permitan el reseteo del cuerpo.
Si las toxinas de la sangre se limpian a través de la vena porta del hígado, el sistema linfático es su mayor aliado, ya que se encarga de fagocitar (comerse) los tóxicos que el filtrado ha dejado pasar.
Los pulmones liberan los tóxicos más “aéreos”, aquellos que pueden ser eliminados con el agua de la respiación, como ya hablamos al definir la respiración.
Pero hay muchos tóxicos, en su mayoría provenientes de la alimentación, que debemos eliminar, bien vía intestinal, bien por la excreción renal.
¿Cuál es la función de los riñones?
Debemos entender que los riñones tienen su propio sistema de filtrado y se encargan de procesar algunas sustancias concretas como el amoníaco, la sustancia de desecho que fabrica el hígado tras descomponer las proteínas y los aminoácidos (cuidado por lo tanto con ciertos suplementos, especialmente los deportistas a las personas con insuficiencia o envejecimiento renal) que, al unirse a otros tóxicos de la sangre en la mitocondria hepática, forman la urea (homotoxona), un tóxico peligroso que aumenta también cuando el bombeo circulatorio es débil o no se toma suficiente líquido de arrastre (agua o aguas de frutas con poca fructosa o azúcares como el agua de sandía). Los azúcares, bebidas alcohólicas, carbonatadas, etc, también interfieren en esta limpieza al igual que en la regulación del ácido úrico y la creatinina.La urea, si no se elimina a través del riñón correctamente, va a dar problemas de sistema nervioso tales como espasmos, temblores, sueño a horas incorrectas, inflamaciones en general pero en particular de corazón y pericardio, caídas de tensión… En todos estos casos, es de necesidad, no sólo limpiar el riñón, sino también valorar los niveles proteicos (como en los anillos metabólicos grises o negros en el iris asociados a pigmentos de uroseína) y vigilar las marcas hepáticas relacionadas, ya que, unas sin las otras, pueden pertenecer a otros procesos distintos.
El ácido úrico es otro de los deschos a filtrar por el riñón y proviene de la degradación de las purinas de los alimentos, como la carne de cerdo y sus derivados (especialmente los más grasos como el embutido), las vísceras (de vaca o cordero principalmente), el pescado azul, las legumbres poco puestas a remojo o a las que no hayamos cambiado dicho agua, el marisco. No debemos olvidar, por otro lado, la necesidad de purinas en el organismo para una correcta secuencia de ADN y ARN.
Volviendo al ácido úrico, si el Ph sanguíneo disminuye ligeramente, este ácido puede precipitar y cristalizar en forma de cálculos renales, lesionando al riñón. En los tejidos cartilaginosos también pueden formarse depósitos de ácido úrico en forma de cristales punzantes, lesivos e inflamatorios, produciendo la conocida enfermedad de la gota. La superproducción de ácido úrico es estimulada por el consumo de alcohol y la alimentación excesiva, .
La creatinina es el producto de la degradación final de la fosfocreatina, proteína-almacén de energía de la célula muscular. En un individuo, de forma natural, la masa muscular es más o menos constante y por lo tanto también lo es la producción de creatinina (por lo que debemos tener cuidado con los deportistas cuyo objetivo es “mazarse”). Una vez en la sangre se elimina por vía renal. Por ello no podemos alterar el ciclo natural del músculo ya que provocaremos un envejecimiento del órgano de limpieza y que en MTC se considera el origen de la energía: el riñón.
La creatinina aumenta la insuficiencia renal por fracaso renal o por obstrucción urinaria provocados por inflamaciones urogenitales como hiperplasia de próstata, tumores, inflamaciones crónicas de las vías urinarias, cálculos ureterales...
Por todo esto es fundamental mantener una higiene de comida y exigencia del organismo, aya que el desajuste de uno u otro empezará una reacción en cadana en el organismo que debemos vigilar desde la reflexología o la iridología o cualeuier otro método, porque, como hemos dicho más veces, es más importante saber el por qué lo tiene para poder atajar el problema real. No podemos, por tanto mirar sólo u ocuparnos exclusivamente de los riñones, sino que lo tendremos que relacionar con los órganos asociados a cada proceso: corazón, cartílagos, músculos, hígado, urogenital etc.
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