También se encarga del índice de volemia o volumen de sangre que tiene que circular por el organismo (un 7-8% del peso corporal, no un valor fijo en una tabla, desde el punto de vista naturista). Esta proporción debe valorarse en función de la cantidad de agua del individuo, además de su fortaleza ósea, muscular y grasa.
El riñón también va a crear enzimas como la renina, que regula la producción de la hormona aldosterona en las suprarrenales, para controlar la presión arterial a través del sodio y el potasio, responsables, entre otras cosas, del nivel de agua de la sangre. Otra de sus sustancias principales es la eritropoyetina, que indica la cantidad de serie roja que debe formar la médula ósea. Por tanto esto estamos ante un órgano con muchas interacciones en el resto del organismo.
Funcionalidad renal
El riñón es un órgano muy vascularizado y de hecho a través de las arterias renales recibe el 25% del gasto cardíaco; para el proceso de filtración, lo que equivale a una entrada de sangre de 1200 ml / minuto y una salida de 1080 ml / minuto de sangre filtrada. De la diferencia solo es excretado un mililitro por la orina. En cuatro o cinco minutos toda la sangre pasa por el riñón y, si este hace bien su trabajo, habrá podido ser depurada. Está compuesto por unidades funcionales llamadas nefronas de las cuales hay aproximadamente un millón por riñón con actuación independiente entre ellas.La acidificación de la orina se realiza en el túbulo contorneado distal. En condiciones normales los alimentos que se metabolizan producen ácidos y son más numerosos que los que producen alcalinos. Esto es debido sobre todo al jugo gástrico y su reabsorción en la parte inferior del tubo digestivo, que se liberan muchos iones de hidrógeno, con lo cual el problema de mantener un pH normal 7,4 contra las fuerzas que tienden a disminuirlo, principalmente en el líquido extracelular, es complicado y se necesita entonces un mecanismo amortiguador. El volumen que se excreta en el aparato urinario varía en proporción inversa a la pérdida de agua por otros aparatos, sobre todo el digestivo, y por la sudoración. Para conservar el equilibrio entre la digestión y la pérdida de líquidos es precisa la acción de la hormona antidiurética ADH. Así la orina concentrada se produce por la salida del agua de los túbulos colectores en presencia de esa hormona antidiurética.
En el túbulo también pueden reabsorberse sustancias como es el caso de minerales (sodio, potasio, cloro…), la glucosa, que cuando hay en exceso, sin embargo, daña los nefrones, hasta que el aporte continuado de agua permite su arrastre y eliminación. Se producen también reabsorción tubular de fosfatos, reabsorción de sulfatos y de otras sustancias como aminoácidos, ácido ascórbico o vitamina C, ácido úrico, etc.
Así que, en resumen, para la absorción adecuada de todas estas sustancias, debemos valorar el motivo por el que el cuerpo ha podido dejarlas crecer, la más de las veces, por no reconocer el proceso en otra zona, que es lo que debemos valorar.
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